viernes, 11 de octubre de 2019

¿Qué preguntarías?

Querido Lector:

Es la primera vez que me dedico a redactar una nota a alguien que no fuera Dominic, pero creo que es oportuno hacerlo de esta manera ya que en algún momento me ayudara a entender a los que me rodean, incluido él que algun dia sera mi hijo.

La lectura nos abre interrogantes, quizás, algo extrañas para quienes viven en la rutina y fascinantes para los que dia a dia buscan algo nuevo por descubrir y eso es lo que me trae aquí.

Hace unos días estaba en el centro de la ciudad de Zacapoaxtla leyendo un libro que en lo personal a mi me gusta mucho, se llama "Ser como el río que fluye" de Paulo Coelho y aunque hay personas que demeritan sus libros a mi me gusta mucho ese libro, porque son una antología de historias que el autor aprendió a lo largo de su vida o que alguien le contó en algún momento.

El famoso libro, Zacapoaxtla Puebla, Octubre del 2019

No quiero hablar mucho del libro por que espero que tu que lees esto puedas algun dia darte el tiempo de leerlo y poder así dar tu propia reseña del mismo, pero lo que si quiero hacer es hacer énfasis a 3 historias que me encantan de ese libro y de las cuales una de ellas me inspiro a escribir esto, la primera es "Manual para subir montañas" (pág. 33) de este escrito estoy pensando en escribir otra carta pero aun no la termino, "Gengis Jan y su halcón" (pág. 49) y por último "El militar en el bosque" (pág. 251) la cual podré aquí mismo;


  • El militar en el bosque (Coelho P. (2005), Ser como el río que fluye (pp. 251-253) , Barcelona España, Penguin Random House)

Subiendo por una senda en los Pirineos en busca de un lugar donde practicar el tiro con arco, me topé con un pequeño campamento del ejército francés. Los soldados me miraron y yo, fingiendo que no había visto nada (todos tenemos en mayor o menor medida este temor a que nos consideren espías), seguí adelante.
Encontré el lugar ideal, hice los ejercicios preparatorios de respiración, y he aquí que vi aproximarse un vehículo blindado.
Inmediatamente me puse a la defensiva y preparé todas las posibles respuestas para las preguntas que me iban a hacer: tengo permiso para el tiro con arco, el lugar es seguro, corresponde a los guardas forestales y no al ejército decidir lo contrario, etcétera. Pero en ese momento saltó del vehículo un coronel, me preguntó si yo era el escritor, y me relató algunos hechos interesantísimos sobre la región.
Y así hasta que, venciendo su timidez casi visible, me dijo que él también había escrito un libro y me contó la curiosa génesis de su obra.
Su mujer y él daban donaciones para una niña con lepra que procedía de la India y que ahora estaba en Francia. Un buen día, curiosos por conocer a la niña, se dirigieron al convento donde las monjas se encargaban de cuidar de la pequeña. Pasaron una tarde muy bonita, y hacia el final una monja le pidió al militar que ayudase en la educación espiritual del grupo de niños que allí vivía. Jean Paul Sétau (que así se llamaba el coronel) dijo que no tenía ninguna experiencia en clases de catecismo, pero que lo meditaría y le preguntaría a Dios qué hacer.
Aquella noche, después de sus oraciones, oyó la respuesta: “en lugar de dar respuestas, procura saber qué quieren preguntar las criaturas”.
A partir de ese momento, Sétau tuvo la idea de visitar varias escuelas y pedir que los alumnos escribiesen todo aquello que les gustaría saber respecto a la vida. Pidió que las preguntas fuesen hechas por escrito, evitando de esta manera que los más tímidos tuviesen miedo de manifestarse. El resultado de su trabajo fue reunido en un libro: “El Niño Que Quiere Saberlo Todo” (Ed. Altess, París).
A continuación, algunas de las preguntas:
¿Dónde vamos después de la muerte?
¿Por qué tenemos miedo de los extranjeros?
¿Existen los marcianos y los extraterrestres?
¿Por qué hasta a la gente que cree en Dios le ocurren desgracias?
¿Qué significa Dios?
¿Para qué nacemos, si al final nos morimos?
¿Cuántas estrellas hay en el cielo?
¿Quién inventó la guerra y la felicidad?
¿El Señor también escucha a aquellos que no creen en el mismo Dios (católico)?
¿Por qué existen los pobres y los malos?
¿Para qué creó Dios los mosquitos y las moscas?
¿Por qué no está cerca el ángel de la guarda cuando estamos tristes?
¿Por qué amamos a ciertas personas y odiamos a otras?
¿Quién puso nombre a los colores?
Si Dios está en el cielo, y mi madre también está allá porque murió, ¿cómo es que Él está vivo?
Ojalá algunos profesores o padres, al leer esta columna, se sientan estimulados a hacer lo mismo. De esta manera, en lugar de intentar imponer nuestra comprensión adulta del universo, acabaríamos recordando algunas de las preguntas de nuestra infancia, que ciertamente jamás fueron respondidas.
Después de leer esto, llegue a la conclusión que me gustaría poder saber ¿qué preguntarías? ¿que dudas tenías de pequeño que jamás fueron contestadas?, fuera de las preguntas que le haríamos a un ser divino me gustaria mas saber que preguntas le harían a un erudito, un sabio, alguien que dedicó su vida a vagar por libros, cuestionando todo lo que habia ahi y mas que encontrar respuestas encontro dudas que poco a poco lo fueron llevando a su comprensión del universo.

De niño soñaba yo con poder contestar todas esas preguntas, poder lograr convertirme en un sabio, pero con el tiempo me di cuenta de algo y el dia que leí esto lo redacte de la siguiente manera:
"Quizás no sepamos cómo transmitir un conocimiento pero debemos procurar responder las preguntas que nos hagan en base a lo que nosotros conocemos, no es una búsqueda interminable hacia la iluminación, si no, la búsqueda de dar paz a otros con sabiduría y sembrar más curiosidad"
Así que... ¿Qué preguntarías?

Hay una caja de comentarios aquí abajo, quizás no me dedique a contestarlas pero me daras una idea de lo que debo estudiar o investigar cómo puedo dar una respuesta para que encuentres algo de tranquilidad.

Atentamente 
Alberto Melendez

Siempre trato de poner una foto lo mas reciente posible
para cuando vuelva a leer lo que escribo darme una idea
de como me encontraba en ese momento de mi vida,
bien dicen, una imagen vale más que mil palabras
Zacapoaxtla Puebla, Septiembre del 2019



1 comentario:

  1. De niña me pregunté... ¿qué es real, lo que ven los niños o lo que ven los adultos?

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